MUYTA

Presencia física, sabiduría y defensa

Después de días de atender y alimentar a los foráneos, surge la pregunta sobre si hay un espacio extra para poder acompañar en el recorrido del 20 de mayo para identificar algunos puntos estratégicos a lo largo del río Tuichi para lo que será el primer patrullaje de mujeres indígenas de San José de Uchupiamonas, conocido como «Muyta», que quiere decir, presencia física.
Como siempre, sonriente y con ojos fulgurosos tras los anteojos dorados, la esbelta mujer aguardaba la respuesta, las condiciones materiales no permiten hacer esos viajes para llegar a los límites del inmenso territorio perteneciente a su pueblo, ubicado en el centro del parque Nacional Madidi en Bolivia, siendo además, el punto con mayor biodiversidad del mundo.

Temprano en la mañana, Betty, mochila al hombro se dirigió al punto de encuentro de donde iniciaría la caminata hasta el puerto del río, seis personas conformaron el grupo. Se unió Concepción, cargada del refresco para la jornada. Durante casi una hora de marcha por un camino cubierto de vegetación para llegar al destino, las dos mujeres, que al parecer tienen el secreto para ser omisas a los cobros del tiempo, entre risas veían a dos miembros de la comitiva sudar con la carga de un paquete de botellas de agua.
Una observación y una simple pregunta revelaron el reflejo de su mirada ante la vida desde sus experiencias.
“Hay seis botellas en el paquete… ¿Y si llevamos una cada uno?

En el puerto ya esperaban tres acompañantes más, listas para emprender el recorrido y con el tapeque (Refrigerio o provisiones que lleva el viajero para el camino) con la merienda y el almuerzo.
Antes de embarcar en los tres peque – peques (balsa a motor) que se encontraban a la orilla del río, Concepción y Bety juntaron a todos en una ronda para realizar un pequeño ritual para pedir permiso a los guardianes del río para navegar, expresar la intención del viaje y pedir protección y guía en el recorrido.
A lo que Concepción se dirigió con alegría a quienes se sumaban a la experiencia, resaltando la participación de dos de ellas, las más jóvenes, de 18 y 23 años, haciéndoles saber la importancia de que las nuevas generaciones se interesen por conocer su territorio.

Después de 4 horas de navegar río arriba, la última parada fue para compartir el almuerzo, en Curisa, casi a la mitad del territorio, convirtiéndose en el espacio en el que cada una expresó el significado de ese primer recorrido y de conocer de manera física el territorio que vienen cuidando y conservando desde hace varias generaciones.

Se trajo a la memoria las conquistas alcanzadas por los ancestros y la necesidad de tomar  acciones para seguir fortaleciendo sus prácticas a través de la presencia en el territorio por mujeres que vienen sosteniendo la lucha desde el hogar, esta vez ocupando espacios que les permita seguir expandiendo su sabiduría en un contacto directo con la tierra y los límites de su territorio.

Realizado por:

 

Manuel Oliva

Daniela Rodríguez

Libertad Oliva